miércoles, 13 de junio de 2012

Jean Eugène Robert-Houdin

Robert-Houdin nació en Blois el 7 de Diciembre de 1805.
Su padre, Prosper Robert, fue uno de los mejores relojeros de Blois.
Su madre falleció cuando él apenas era un niño.
Su padre le envió a estudiar a la Universidad de Orleans, y regresó a Blois donde siguió los pasos de su padre como relojero.

Cuando su padre se jubiló, Robert-Houdin estuvo trabajando en la tienda de relojes de un primo suyo durante un corto período de tiempo.

A mediados de la década de 1820, había ahorrado el suficiente dinero y había encargado los dos volúmenes del tratado de relojería de Ferdinand Berthoud.

Sin embargo cuando llegó a casa y abrió el envoltorio, en lugar de los libros de Berthoud, descubrió dos volúmenes de Recreaciones Científicas.

En lugar de devolver los libros, quedó prendado por el Arte de la Magia. Aprendió toda la información contenida en aquellos dos libros, aprendiendo los fundamentos de la magia y practicando a todas horas del día.

Empezó a tomar lecciones de un mago local aficionado llamado Maous de Blois, que era un podólogo, además de un artista de ferias y festivales donde realizaba magia. Le enseñó a Robert-Houdin cómo hacer malabares y los rudimentos del juego de los cubiletes.

Empezó a actuar como mago profesional para amigos y en fiestas sociales, donde conoció a Josephe Cecile Houdin, hija del prestigioso relojero parisino Jacques François Houdin.

Fue amor a primera vista, y el 8 de Julio de 1830 se casaron. Y añadió el apellido de su mujer al suyo, aunque tuvo que pedir un permiso especial, convirtiéndose en Robert-Houdin. Tuvieron ocho hijos de los cuales sobrevivieron tres.

Él y Josephe se mudaron a París y estuvo trabajando en la tienda de venta al por mayor de su suegro, mientras éste trabajaba en la tienda principal. Robert-Houdin empezó a jugar con los juguetes mecánicos y los autómatas que allí encontraba.

Continuó practicando magia y frecuentaba una tienda de magia en la rue Richelieu, donde aprendió el funcionamiento de muchos de los trucos mecánicos de la época.

A partir de ahí construyó sus propias figuras mecánicas, como un pájaro cantor, un equilibrista en la cuerda floja, y un autómata de un mago haciendo el juego de los cubiletes. Su obra más aclamada fue un autómata que escribía y dibujaba llegando a hacer una demostración frente al rey Louis Philippe. Finalmente se lo vendió a PT Barnum en 1844.

Gracias al dinero de la tienda y el de sus propios inventos, Robert-Houdin comenzó la construcción de equipos para su propio uso en lugar de vender a los demás, experimentando con nuevos aparatos hechos de cristal y que por tanto no podían tener ninguna trampa.


Pudo realizar el sueño de abrir su propio teatro en París, gracias a los 15.000 francos que le ofreció el conde de L'Escalopier, pudiendo terminar sus creaciones que estaba construyendo.

El 3 d julio de 1845, Robert-Houdin debutó en su teatro con 200 localidades y sus "Soirées Fantastiques".
A pesar de su exquisita demostración de inventos, apenas hubo público. Necesitaba algo para atraer al público a su teatro...

Así fue como se le ocurrió hacer un número de telepatía con su hijo titulado "La doble Vista".
Su hijo completamente vendado y en el escenario era capaz de identificar objetos que el público le prestaba a su padre.
El número fue un éxito y atrajo al público de París, que además también pudieron presenciar las demostraciones de las figuras mecánicas inventadas por Robert-Houdin.

Sus contribuciones a la magia dotaron a ésta de una nueva dimensión. Sus innovaciones en autómatas, siendo uno de los primeros magos que utilizó la electricidad en su espectáculo, y su estilo con traje elegante, lo distinguieron de otros magos que por lo general llevaban túnicas y atuendos peculiares.

Su última actuación en público fue en el Gran Teatro de Marsella. Después se retiró a su casa de Saint-Gervais, cerca de su nativo Blois.

Escribió varios libros sobre el arte de la magia, incluso sus propias memorias: "Confidencias de un Prestidigitador"

El 13 de Junio de 1871, Jean-Eugène Robert-Houdin murió de una neumonía a la edad de sesenta y cinco años. A pesar de que sólo actuó durante once años, su innovación, su repertorio y sus teorías
fueron tan revolucionarias que está considerado "el padre de la magia moderna"



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